Por Marta Godor
Si navegas por internet (y claro que lo haces), seguro has notado que algunas direcciones web comienzan con «http://» y otras con «https://».
Puede parecer un simple detalle técnico, pero en realidad, esta pequeña «s» marca una gran diferencia en seguridad, confianza y hasta en el posicionamiento de tu página en Google.
Si tienes un sitio web o simplemente quieres protegerte de posibles amenazas en línea, aquí te explicamos en qué se diferencian HTTP y HTTPS, por qué deberías preocuparte y qué hacer al respecto.
¿Qué es HTTP y por qué ya no deberías confiar en él?
HTTP (HyperText Transfer Protocol) es el protocolo que permite la comunicación entre tu navegador y un servidor web. En otras palabras, es lo que hace que cuando escribes «www.loquesea.com», esa página cargue correctamente en tu pantalla.
Hasta aquí, todo bien. El problema es que HTTP transmite la información en texto plano, lo que significa que cualquier dato que envíes o recibas (como contraseñas, correos electrónicos o información bancaria) puede ser interceptado por terceros.
Sí, tal como lo lees: si te conectas a un sitio HTTP en una red pública, cualquier hacker con conocimientos básicos podría ver lo que estás haciendo.
¿Te imaginas ingresando los datos de tu tarjeta de crédito en un sitio así? Mejor ni pensarlo.

¿Qué es HTTPS y por qué es el estándar actual?
La diferencia clave entre HTTP y HTTPS es que la versión segura (esa «S» al final) utiliza un cifrado especial mediante SSL/TLS.
¿Y eso qué significa en palabras simples?
Que los datos que envías y recibes están protegidos, haciendo que sea mucho más difícil para cualquier atacante robar tu información.
Para que un sitio tenga HTTPS, necesita un certificado SSL/TLS, que no solo cifra los datos, sino que también autentica la identidad del sitio web.
Es decir, garantiza que estás en la página real y no en una copia falsa diseñada para robarte tus credenciales (sí, hablamos del famoso phishing).
Principales Diferencias entre HTTP y HTTPS
Si todavía no te convence la importancia del HTTPS, aquí te dejamos las diferencias clave de forma clara y directa:
Aspecto | HTTP | HTTPS |
---|---|---|
Seguridad | La información viaja sin cifrar, expuesta a ataques. | Los datos están cifrados con SSL/TLS, protegiendo la información. |
Autenticación | No verifica la identidad del sitio web. | Usa certificados SSL/TLS que garantizan autenticidad. |
SEO | Google penaliza sitios sin HTTPS. | Google premia con mejor posicionamiento. |
Experiencia del usuario | Los navegadores muestran advertencias de “sitio no seguro”. | El usuario ve un candado en la barra de direcciones, generando confianza. |
Velocidad | Puede ser más rápido en conexiones básicas. | Con HTTP/2, HTTPS es incluso más rápido. |
Si tienes una página web y aún no has activado HTTPS, lo primero que debes saber es que Google ya no es fan de los sitios HTTP.
De hecho, en 2018 Chrome comenzó a marcar como «No seguro» cualquier página sin HTTPS, lo que puede hacer que tus visitantes huyan antes de leer el primer párrafo.
¿Por qué deberías migrar tu sitio a HTTPS?
Si todavía tienes dudas sobre si vale la pena hacer el cambio, aquí van algunas razones de peso:
- Protección de datos: Si manejas contraseñas, correos electrónicos o pagos en línea, necesitas cifrar esa información.
- Mejora el posicionamiento en Google: HTTPS es un factor de ranking, lo que significa que tu página tiene más posibilidades de aparecer en los primeros resultados de búsqueda.
- Confianza del usuario: Un sitio marcado como «No seguro» ahuyenta clientes y reduce conversiones.
- Evita fraudes y ataques: HTTPS previene ataques de interceptación de datos y phishing.
Básicamente, si quieres que tu web sea confiable, rápida y bien posicionada, no hay excusas para no hacer el cambio.
¿Cómo migrar de HTTP a HTTPS?
Si tienes un sitio web y aún no has hecho la transición, aquí te dejamos los pasos básicos para migrar a HTTPS:
- Obtén un certificado SSL/TLS: Puedes adquirirlo a través de una Autoridad de Certificación (CA) o ver si tu proveedor de hosting te lo ofrece gratis (muchos ya incluyen Let’s Encrypt).
- Instálalo en tu servidor web: La mayoría de los proveedores de hosting tienen guías paso a paso para esto.
- Actualiza todos los enlaces internos: Asegúrate de que todas las URLs de tu web ahora apunten a https:// en lugar de http://.
- Configura redirecciones 301: Para que cualquier enlace antiguo en HTTP redirija automáticamente a su versión segura en HTTPS.
- Actualiza tus herramientas de análisis: Informa a Google Search Console y Google Analytics sobre el cambio.
Con estos pasos, estarás garantizando que tu sitio sea seguro, confiable y mejor posicionado en los resultados de búsqueda.
La seguridad en internet ya no es opcional
Internet ha cambiado y, con él, las reglas del juego. HTTPS ya no es solo para bancos y tiendas en línea, sino para cualquier sitio web que quiera transmitir confianza y evitar riesgos innecesarios.
Si todavía usas HTTP, es momento de actualizarte. No solo protegerás tu información y la de tus usuarios, sino que también evitarás que Google te penalice y mejorarás la experiencia de quienes visitan tu web.
En internet, la seguridad es clave. Y en este caso, la diferencia entre HTTP y HTTPS puede ser la barrera que evite que tu información caiga en las manos equivocadas.